lunes, 23 de noviembre de 2015

Alcohol en Chile:

En nuestro país 1 de cada 10 muertes puede ser atribuida al consumo de alcohol y por la carga de enfermedad que produce, es responsable de 12 años de vida perdidos por muerte o discapacidad, de hecho su consumo se asocia a 60 problemas de salud.
En Chile el alcohol representa un riesgo y daño para la salud de primer orden. El porcentaje de adolescentes entre 7o básico y I medio que alcanza la embriaguez una o más veces al año alcanza hasta 26,2% en la Región Metropolitana (EMSE 2004-2005) con un consumo promedio semanal en población entre 15 y 25 años de 124,92 g de alcohol puro, sin diferencias por sexo. Se constituye así el patrón de consumo de alcohol más nocivo entre los adolescentes, el binge-drinking definido como el emborrachamiento debido al elevado consumo de alcohol en un breve período de tiempo.
El problema está siendo reconocido como problema país, como queda refrendado en la inclusión del consumo de alcohol en adolescentes como patología con Garantías Explícitas en Salud (GES); la formulación de una Estrategia Nacional Para la Prevención del Consumo Nocivo de Alcohol desde una perspectiva de Salud Pública; el nuevo Servicio Nacional de Prevención y Rehabilitación de Drogas y Alcohol (SENDA, ex-CONACE) que refuerza la institucionalidad que se ocupa del consumo de sustancias, incluyendo el alcohol; y la menor tolerancia de los límites de alcohol en la sangre para conductores con sanciones más severas. Chile monitorea el problema del consumo de sustancias desde hace casi dos décadas de manera específica. Dispone de encuestas con representación nacional desarrolladas por SENDA que permiten acercarse de buena forma a conocer la evolución del consumo nocivo de alcohol entre los adolescentes. El desarrollo mediante Classification And Regression Trees (CART), técnica de creciente uso en salud, provee de una herramienta que permite la elaboración de perfiles y su representación gráfica para una comunicación más efectiva de resultados de investigación en esta área que favorezca una mejor relación entre la generación de evidencia en salud y la toma de decisiones. Como objetivo se establece la identificación de subpoblaciones con riesgo diferencial de consumo nocivo de alcohol en población adolescente como un modo de contribuir a mejorar el diagnóstico del problema y con ello, su tratamiento. (Ministerio de Salud de Chile, 2009)  
No podemos pasar en alto esta información, y con esto queda más que claro que este es un tema relevante a nivel de país, continente y mundo, ya que este hábito junto a la falta de autocontrol es el responsable de accidentes, enfermedades y realidades no deseadas, tales como cáncer, accidentes, violencia y daños hepáticos, entre otros, lo que sitúa al alcohol entre las cinco primeras causas de enfermedad, discapacidad y muerte en el mundo.
Dentro de las medidas que se han adoptado para la disminución de esta cifra y consecuencias de este, han sido el alza de impuestos y los precios de las bebidas alcohólicas, campañas para conducir sin alcohol, la creación de leyes, la regulación de publicidad y educación a los bebedores. Creemos que esta última es la más importante, ya que es indispensable que los jóvenes y niños entiendan desde un principio las consecuencias que tiene este adquirir este hábito, antes que se involucren en este y sus consecuencias. Es importante cambiar el hecho de que sea “la recreación de los chilenos” porque como podemos ver, en todos los espacios recreativos el alcohol es el primero en estar presente: lo asados, celebraciones, happy hours, juntas, fiestas, sobre todo las fechas en las que nos encontramos, el 18 de septiembre se ha vuelto una fecha importante en que el consumo de alcohol se vuelve desmedido y las cifras de accidentes automovilísticos y muertes aumentan desenfrenadamente.
La edad promedio hoy en día en que los jóvenes comienzan a consumir alcohol es a los 12 años de edad, lo que muestra un progresivo descenso en el inicio de consumo de bebidas alcohólicas, sin embargo en torno a los 16 años es donde realmente comienza el fuerte consumo, y la curva se dispara. Lo anterior debido a una modificación de su vidas tanto en lo biológico (el paso a la adolescencia) y en lo social (presión de grupo, entre otras).


Es importante cambiar esta visión nacional, ya que una de las razones del por qué los jóvenes comienzan a consumir alcohol es por imitación a los adultos, en la creencia de que eso les hace ser maduros y por sentirse parte de un grupo, y con grupo no nos referimos únicamente a adolescentes que se relacionan con otros adolescentes, sino que con grupo nos referimos al grupo nacional ya que “si no tomaste terremoto en el 18, no eres chileno”, entre otras frases típicas que “humillan” de cierta forma a aquellas personas que no consumen alcohol en estas ocasiones. Esto se ve notoriamente en los adolescentes ya que nadie quiere ser el “perno” del grupo.


Otra de las causas importantes del porque los jóvenes y niños comienzan con la ingesta de alcohol es por la presión social, ya que los jóvenes están en busca de éxito social, y la sociedad los incita a estas prácticas. La superación de la timidez es también una de las causas, ya que este es un desinhibidor eficiente, y muchos jóvenes luchan contra esto, sobre todo en el comienzo de su pubertad. Entre otras se encuentran la curiosidad y el querer escaparse de los problemas personales que tienen ellos mismos, en sus hogares, con amigos, y gente con la que se relacionan.


La creencia más compartida entre los diferentes grupos de adolescentes y jóvenes, tiene que ver con asociar el alcohol a consecuencias positivas que este va a proporcionarles, entre estas destacan: el pasarlo bien, es decir, la posibilidad de diversión e interacción dentro de un grupo de jóvenes, sean sus amigos o conocidos en donde la mayoría también va a consumir, por lo que se forma un ambiente bastante grato.
Dentro de otras consecuencias positivas del consumo del alcohol para los jóvenes, y la razón del porque se divierten tanto es porque potencia la actividad psicofísica, lo que influye en la alegría, euforia, superación de la timidez, retraimiento y la mejoría del estado de ánimo.  Lo que proporciona una  despreocupación y libertad.
Todo esto se convierte en el motivo de consumo para los jóvenes, ya que el alcohol proporciona para ellos consecuencias positivas, según su interpretación: son como unos beneficios.


La juventud, como regla general no asocia el consumo de alcohol con los problemas que de este pueda traerles, ya sea en sus noches y/o en sus vidas. Esperan cambios y consecuencias positivas, y a su vez no son conscientes de las consecuencias negativas de dicha sustancia, influyendo así, considerablemente el consumo de alcohol en el fin de semana y en las juntas sociales, donde el consumo de este produce una intensificación en las relaciones interpersonales. Es por esto que es importante la educación de las verdaderas consecuencias del consumo, ya que no son sólo positivas. Al dejar esto en claro, el consumo podría verse disminuido, de lo contrario los “efectos positivos” del consumo conlleva a un aumento en el consumo social.  


Dentro del pensamiento que tienen los jóvenes para justificar el consumo son por ejemplo ; “no todos los que toman copete tendrán una dependencia, ya se física o psicológica” , “no todos tienen accidentes por el consumo” refiriéndose a accidentes automovilístico o de cualquier índole, “el alcohol afecta a otros, afecta a los que no se controlan, pero a mí no”.














lunes, 16 de noviembre de 2015

Causas

La causa más importante del porqué los jóvenes y niños comienzan con la ingesta de alcohol es: la presión social, ya que los jóvenes están en busca de éxito social, y la sociedad los incita a estas prácticas. La superación de la timidez es también una de las causas, ya que este es un desinhibidor eficiente, y muchos jóvenes luchan contra esto, sobre todo en el comienzo de su pubertad. Entre otras se encuentran la curiosidad y el querer escaparse de los problemas personales que tienen ellos mismos, en sus hogares, con amigos, y gente con la que se relacionan.


 La creencia más compartida entre los diferentes grupos de adolescentes y jóvenes, tiene que ver con asociar el alcohol a consecuencias positivas que este va a proporcionarles, entre estas destacan: el pasarlo bien, es decir, la posibilidad de diversión e interacción dentro de un grupo de jóvenes, sean sus amigos o conocidos en donde la mayoría también va a consumir, por lo que se forma un ambiente bastante grato.

Efectos inmediatos en la ingesta de alcohol

       Desinhibición y excitación.
      Alteración de la frecuencia cardiaca.
      Dilatación de los vasos sanguíneos.
      Irritación en el sistema gastrointestinal.
      Estimulación de la secreción de jugos gástricos y producción de orina.
   Los centros nerviosos superiores del cerebro se deprimen, afectando primero el habla, el pensamiento, el entendimiento y el juicio.
      Merma el equilibrio, la coordinación motora fina, la visión y el audio.

      Al llegar a la intoxicación alcohólica puede provocarse un estado de coma y alcanzar la muerte por depresión                                                 respiratoria.


El rol de los padres

Verónica Gaete, de la U. de Chile, indica que "los padres chilenos son muy buenos para la crianza de niños, pero deficientes como padres de adolescentes, porque provienen de una sociedad paternalista. Además, las cosas han cambiado y hoy se requieren habilidades que no necesitaron las generaciones anteriores". Otro factor que favorece el consumo excesivo de los adolescentes es que los adultos no están dispuestos a restringir su propio consumo y con eso dan un muy mal ejemplo a los jóvenes, dice la experta. Para prevenir, destaca Gaete, es necesario que los adolescentes desarrollen habilidades para que no sientan que dependen del trago para interactuar más fluidamente.





Consecuencias del Alcohol 


El alcohol puede dañar seriamente los procesos de crecimiento a corto y largo plazo, pues el desarrollo del lóbulo frontal y el refinamiento de las vías y conexiones cerebrales maduran hasta los 21 años.




Existen consecuencias y trastornos tales como:

  • Trastornos del sistema endocrino: Disminución de la producción de la hormona del crecimiento (GH) encargada no sólo del crecimiento y el desarrollo sino también de los procesos de diferenciación sexual y maduración en la pubertad.
  • Retardo en la maduración de los caracteres sexuales secundarios (características fisiológicas que permiten distinguir al hombre y a la mujer, diferentes del aparato reproductor, como por ejemplo, la barba y la voz)
  • Trastornos cardiovasculares: Alteraciones del ritmo cardiaco, hipertensión arterial y miocardiopatía dilatada por consumo crónico (afección a partir de la cual el corazón se debilita y se dilata y no puede bombear suficiente sangre al resto del cuerpo).
  • Trastornos gástricos: Irritaciones en la pared intestinal que aumentan la probabilidad de desarrollar gastritis, vómito y alteraciones del tránsito intestinal.
  • Cáncer: La Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer afirma que hay suficiente evidencia en humanos para concluir que el consumo de alcohol causa cáncer de cavidad oral, faringe, laringe, esófago, colon, recto, hígado y mama en la mujer. Cabe recordar que el consumo masivo de alcohol en adultos también está asociado con esta enfermedad; sin embargo, mientras a más temprana edad empiece una persona a tomar alcohol, mayor riesgo tendrá.
También se encuentran otros tipos de riesgos o daños asociados al consumo de alcohol durante la infancia y la adolescencia:

  • Mayor probabilidad de desarrollar problemas del estado del ánimo, como depresión o ansiedad.
  • Aumento en la probabilidad de realizar conductas sexuales de riesgo que pueden llevarlos a contraer enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
  • Mayor probabilidad de ser víctima de delitos como violación, robo y agresión.
  • Se ha comprobado que el inicio del consumo a temprana edad aumenta las probabilidades de ser víctimas o estar vinculados con crímenes violentos.
  • Dificultades académicas (ausentismo, deserción escolar, dificultades en el aprendizaje, entre otros).

Los adolescentes consumidores de alcohol, problemáticos, tienen un hipocampo (órgano del cerebro encargado de la memoria) 10% más pequeño en comparación con jóvenes abstemios, lo cual se evidencia en dificultades para aprender y almacenar nueva información.




Bibliografía: